El teniente corrupto Terence McDonough, detective de homicidios, utiliza a su antojo los placeres prohibidos gracias a su status profesional. Nunca le falta droga con la que saciar su adicción y se permite hacer favores a cambio de sexo. Su debilidad es Frankie. Que ella sea una prostituta no cambia el hecho de que él la ame. Sólo desea protegerla aún más. Pero su nueva investigación, el misterioso asesinato de cinco inmigrantes senegaleses, lo pondrá entre la espada y la pared.
Tras una gran polémica, el director alemán Werner Herzog afirmó que el filme no era una remake de "Maldito policía", de Abel Ferrara. Nunca vio la película de 1992, aseguró. Y agregó que los productores lo obligaron a poner un título similar por razones de marketing. Herzog colma el filme de excentricidades, de delirios que se confunden con los de su personaje, un policía de Nueva Orleans adicto a la cocaína y a las apuestas, capaz de robar y chantajear, de detener a una parejita de enamorados sólo para conseguir crack y sexo gratis o de obtener información para un caso que investiga (y que le rendirá lo suficiente para saldar sus deudas) impidiendo la salida del oxígeno que mantiene con vida a una anciana lisiada. Un episodio durante la catástrofe del Katrina acerca algún antecedente. En un acto de heroísmo, rescata del agua a un preso latino a punto de ahogarse dentro de su celda anegada y por ese sólo incidente es ascendido a teniente.